El TPP El TPP se fundó en 1979,
hace 32 años, en Bolonia, Italia. Su función es hacer visibles y calificar en
términos de derecho aquellas situaciones en las que se denuncian crímenes
contra la humanidad.
El proceso en México comenzó hace dos años,
cuando organizaciones sociales, civiles, defensoras de derechos humanos e
individuos entablaron contacto con la Fundación Lelio Basso, de Italia, que
tiene a su cargo la continuidad del TPP, para solicitar que se llevara a cabo
en México una sesión del TPP y que para ello se conformara la sección mexicana
del tribunal.
El TPP está integrado por 130 miembros,
nombrados por el Consejo de la Fundación Internacional Lelio Basso por el
Derecho y la Liberación de los Pueblos.
El TPP aspira a ser una tribuna permanente para
dar la palabra y otorgar visibilidad a los pueblos que han sufrido graves
violaciones a sus derechos fundamentales.
El título del
expediente Méxicodel TPP es Tratados de libre comercio, guerra sucia, impunidad y derechos de los pueblos. Se ha propuesto la realización de siete
audiencias temáticas: violencia, guerra sucia, impunidad y acceso a la justicia; feminicidios y violencia contra las mujeres; violencia contra los migrantes, e inmigración como algo forzado; trabajo, precarización y desregulación laboral, y violación a derechos laborales colectivos; violencia contra el maíz, la soberanía alimentaria y la autonomía: los ataques del sistema agroalimentario industrial global contra la vida campesina y los pueblos indios; devastación ambiental: los efectos de la industrialización capitalista en los territorios de pueblos indios y población en general, y medios de comunicación, su pertinencia y su urgente independencia.
El tribunal no fue designado por un Estado o por
autoridad alguna. Careció de cualquier poder. Su legitimidad radicó
precisamente en esta falta de poder, en su independencia con respecto a las
potencias y en su universalidad. No recibió órdenes de gobiernos o de partidos.
Sus miembros analizaron los hechos con sus almas y sus conciencias.
Estos principios siguen siendo
válidos para el TPP. El tribunal echa mano de mecanismos jurídicos que
cuestionan de raíz el modelo normativo neoliberal y que están al margen de las
estructuras de poder. Utiliza las convenciones internacionales sobre derechos
humanos sin las ataduras que crean los poderes mundiales y políticos. Parte de
una idea de fondo: la lucha y la promoción de los derechos humanos se da por la
vía jurídica. La base de los juicios del TPP son las convenciones sobre
derechos humanos de carácter internacional.
El TPP es una conciencia ética de
los pueblos, no un proceso jurídicamente vinculante. Parte de la idea de que el
derecho debe dar visibilidad a la memoria.
La impunidad no es un asunto
meramente judicial. La lucha contra ella –considera el tribunal– se realiza,
también, desde los preceptos de verdad, justicia y reparación de daños para
todos los pueblos que son víctimas de sus derechos fundamentales. Eso es
justamente lo que se quiere hacer en México.
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